Monday, February 20, 2012

[Bizkaia] Solidaridad con la huelga indefinida en ABB

El Viernes 17 de Febrero militantes de la CNT en Bizkaia nos concentramos, dentro de una jornada internacional de lucha, frente a la delegación de ABB en Trapagarán. El motivo es mostrar solidaridad con los compañeros de Córdoba, que llevan desde el 28 de Noviembre en huelga indefinida por la defensa de sus puestos de trabajo, mejora de sus condiciones laborales hasta que se equiparen con el resto de trabajadores de ABB en Córdoba y por el derecho a huelga.


El 1 de enero fueron despedidos la totalidad de los huelguistas, que estaban contratados a través de EULEN. La dirección de ABB pretende solucionar el conflicto como sólo sabe hacer la patronal, despediendo barato a los trabajadores que reivindican lo que les pertenece, a los que reinvindican sus derechos. Si el resto de compañeros de ABB, y otras empresas, tuvieran la misma actitud que los compañeros de Córdoba, se lograría el respeto hacia la clase obrera por parte de los patrones, empresarios, banqueros, políticos y demás clase caplitalista.

A día de hoy estos compañeros se encuentran despedidos a expensas de que los Tribunales dictaminen la nulidad de toda la operación fraudulenta de EULEN, ABB y EUROCEN-ADECCO, que les ha conducido al desempleo, como medida de represión sindical. A la concentración también acudieron compañeros de CGT.

Más información sobre el conflicto en http://cordoba.cnt.es/eulen

LA HUELGA DE EULEN
(Poema escrito por Paco Ortiz en solidaridad con los huelguistas de ABB)

Qué queréis, ¿que os cuente una huelga?
Una huelga es como un amor
... o un parto
o una inundación;
hay que sentirla en las arterias,
latiendo como un grito
que solo escuchan los que están en huelga.

No se pueden contar las noches en vela
durmiendo de incógnito,
en la incertidumbre acompañada
imaginando, deseando,
subiendo y bajando las escaleras del desánimo.

Si no hemos podido contestar
las preguntas de nuestros hijos
al vernos en la tele,
apretujados y sin gracia,
detrás de pancartas incomprensibles,
qué vamos a poder contaros,
si a duras penas hemos logrado
decirnos entre nosotros,
sin palabras, sin mirarnos casi,
que merecía la pena seguir otro día más.

Cómo deciros que hemos vencido
la alergia a las cámaras,
el temor a los juzgados,
el dolor de la indiferencia,
el desprecio de los jefes,
y la hipocresía de los falsos compañeros;

y que hemos aprendido
que la letra de la dignidad con lucha entra,
que los trabajadores unidos jamás se quedan solos,
que huelga con gusto no pica,
y que la solidaridad
es la única arma cargada de futuro.

Cómo deciros que nuestros sueños
tienen forma de transformador,
con sus chapas perfectamente apiladas,
sus estrobos y sus eslingas,
y que, soñando entre todos,
sin estar juntos, y sin pensarlo,
cada noche hacemos el trabajo
que la empresa nos quita de día,
aunque esta vez,
la plusvalía se la lleva el viento.

Cómo podremos haceros sentir
el frío de los piquetes de enero
en esas setenta madrugadas,
calando huesos y voluntades,
si mientras vosotros dormíais,
nosotros urdíamos planes, estrategias y miedos,
incendiando la noche con maderas viejas
y palabras nuevas e inquietantes.

Cómo podríais comprender
que el mejor café del mundo
sale de los termos mágicos
de las compañeras,
justo a las seis de la mañana,
para devolvernos el color
y la alegría,
mientras los pies
se empeñan en congelarse,
los muy cabrones.

Vosotros no sabéis reíros al alba,
escuchando canciones
en megáfonos afónicos
mientras el cielo y los compañeros
se alborotan al unísono
para no helarse de frío
y de espera.

Os podremos decir, acaso,
que en nuestra huelga
tuvimos traidores,
como en todas las batallas
que tuvimos desertores,
como en todas las batallas,
y también héroes,
que hacen de cada día su batalla.
Pero eso ya lo podéis imaginar
vosotros que venís aquí
a oír noticias de esta guerra.

Os podremos decir, ah sí,
que hemos visto esquiroles,
que se parecían tanto a nosotros,
y es que, la necesidad,
nos hace a todos tan iguales
que casi no podíamos abroncarlos,
despreciarlos, como se merecen
pisotearles el nombre y mentarles la madre.

Así que solo podemos decir
que ojalá cada trabajador,
cada trabajadora,
pudiera ser bendecido
con una huelga en su vida
para saber quien es él,
para saber quien es
cada cual y cada quién,
para conocer
a sus compañeros
y a sus enemigos,
para saber lo que significa
la palabra trabajador.

Paco Ortiz

No comments:

Post a Comment